Que sencillo es engañar un corazón en ascenso. Que sencillo es destruirlo.
Que sencillo es victimarse cuando se es culpable. Que practico es intentar “sentirse mal” para no quedar peor.
Todos miramos con la misma sonrisa, todos mentimos con la misma mirada.
Pero no todos tenemos el mismo grado de cinismo
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