
Saldremos a festejar las penas.
Terminaremos de caminar el día y comenzaremos a bolar la noche.
Brindaremos con champagne, una bocha de helado de limón lo suficientemente ácida, y un fino cigarrillo de tabaco importado.
Abriremos las alas, nos dejaremos llevar y giraremos sin entender nada, pasaran unos minutos hasta que nos cansemos y nos quedemos dormidos soñando lo que el día no fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario